viernes, 21 de septiembre de 2018

REDES SOCIALES: VERTEDEROS DE FRUSTRACIONES


Las redes sociales te dan la oportunidad de plasmar tu opinión, de dar una imagen mejorada de ti mismo y de desahogarte.

Para mucha gente, poder contar sus conflictos y sus problemas anónimamente es una válvula de escape.

Cada vez más, la sociedad tiende a agruparse en los grandes núcleos urbanos y, cuanto más grandes son las ciudades, más desconfiada es la gente, más estrés, más nivel de auto-exigencia, más difícil destacar entre los demás, más difícil encontrar tu lugar y, sobre todo, más sola se siente la gente.

Esta desconfianza y soledad, típica de las grandes ciudades, donde apenas conoces a tus propios vecinos, hace que la gente no tenga con quien desahogarse. En EEUU, los psiquiatras se convirtieron en “escuchadores” profesionales para que la gente verbalice sus miserias, sustituyendo a los amigos de toda la vida, a los que podías contar tus secretos más íntimos.

Ahora, cuando tu imagen social es tan importante, mostrar tus puntos débiles, tus miedos, tus dudas o tus errores, no parece una buena opción. Sin embargo, por higiene mental, es importante verbalizar nuestras frustraciones, nuestros problemas y, comentarlos con alguien, que te puede ayudar a verlos desde otra perspectiva.

Mucha gente acude a las redes sociales, creando perfiles anónimos, para poder dar salida a sus problemas y, en algunas ocasiones, a su verdadero yo. Esto tiene su lado positivo y su parte negativa. La positiva es evidente: El desahogo. La negativa es que expones tu “yo” más frágil a gente que no conoces de nada, que no sienten empatía hacia tí y que no dudarán en burlarse o ser crueles contigo, si con ello consiguen la popularidad que buscan.

Somos seres sociales e imperfectos. A veces necesitamos el apoyo de los demás. Es importante, si es posible, buscarlo en alguien que te conozca y te quiera, porque su consejo, por encima de todo, buscará tu bien.

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