viernes, 30 de diciembre de 2022

CUANDO LA MUERTE ES EL FINAL DE UNA HISTORIA DE AMOR

 


Hace mucho tiempo que no escribía aquí. Pero hoy, en medio de estas fiestas navideñas, quería reflexionar sobre el incremento de asesinatos de mujeres durante el mes de diciembre de este 2.022.

Ya hablé una vez sobre la dificultad de cualquier ley para evitar que verdaderos psicópatas asesinen a sus parejas. Es importante, por un lado, concienciar a las mujeres para que se alejen de aquellos hombres que, desde el principio de una relación, exudan violencia, control y total falta de empatía. 

Por otro lado, en toda ruptura sentimental no amistosa debería intervenir, no solo la ley, sino también la psicología. Habría que estudiar que lleva a un hombre, que nunca ha cometido delitos ni ha sido violento, a asesinar a su pareja. Detectar los factores que convierten a un ciudadano normal en un asesino, podría ayudar a prevenir futuros casos. 

Aquí voy a ser políticamente incorrecto pero, creo que el empoderamiento femenino actual ha escorado la ley hacía su campo, alejándonos del “todos somos iguales ante la ley” y llevándonos a una ley que es, en algunos casos, excesivamente injusta con los hombres. Hombres que son despojados de su casa, de sus hijos y señalados socialmente como culpables. 

En el año 2021 en España se suicidaron poco más de 4.000 personas. De estas, cerca de 3.000 eran hombres. Obviamente, no sabemos que porcentaje de estas muertes son debidas a los efectos de una ruptura sentimental, o de un divorcio. Pero, siendo conservadores, pongamos que solo son un 10%. Si el dato fuera correcto, 300 hombres habrían muerto bajo los efectos de una ley, a veces injusta con ellos. Serían seis veces más que las muertes por violencia de genero.

Creo que deberíamos volver a leyes que tengan como principios la justicia y la igualdad. Que primaran, por encima de todo, el derecho de los niños (en caso de que los haya) y que un psicólogo analizase las rupturas y valorase las tensiones emocionales que se generan en el proceso. Que detectase si ese hombre, que se separa, es un verdadero animal y la situación puede convertirlo en un asesino, o si la mujer está manipulando los hechos para perjudicar a su pareja. Creo que esta figura sería de gran ayuda para los jueces a la hora de emitir sus sentencias.

En cuanto a los hombres condenados por violencia de género, habría que mejorar su vigilancia e impedir que puedan acercarse a su pareja. Sé de buena mano que la policía hace lo que puede. Existen policías encargados de los casos de violencia de genero de su zona, 15 o 20 casos para un policía en ciudades como Madrid y, con tantos casos, les es imposible ofrecer la protección que esas mujeres necesitan. Por no mencionar que hay veces que estas mismas mujeres justifican a su agresor y les dan cobijo, haciendo muy difícil su protección.

Las navidades siempre son fechas en las que los sentimientos se acentúan. Para los que tienen una familia, son días de felicidad, de cariño y de estar en compañía. Para los que viven en soledad, son fechas muy duras y dolorosas. Quizás este factor este ayudando a que este diciembre sea tan terrible.

Mejorar la protección, igualdad ante la ley y ayuda psicológica, son mis deseos para acabar con estas tragedias que nos asolan.


miércoles, 27 de octubre de 2021

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: UNA VENTANA AL ABISMO

 


Los medios de comunicación son la ventana a la que se asoma la sociedad para contemplar la realidad. 

En los últimos 25 años el periodismo se ha tenido que adaptar a una evolución tecnológica y a un mercado muy fragmentado, que le ha obligado a competir por su supervivencia, teniendo que adaptar sus principios al contexto actual. Atrás quedaron los tiempos de contrastar informaciones y buscar la verdad. Ahora lo importante es atraer al mayor número de lectores/espectadores y no importa el cómo. Se magnifican las noticias, para hacerlas lo más impactantes posible. Se alimenta el morbo y se busca la polémica, el enfrentamiento, la discordia…todo lo necesario para “enganchar” al público.

Y el ciudadano, que se asoma a esa ventana, solo ve eso y siente miedo. Y esos miedos nos han convertido en una sociedad atemorizada.

Cuando yo era pequeño, me tiraba el día jugando en la calle. En mi barrio, toda la gente se conocía y existía una confianza que permitía que jugara sin la compañía constante de un adulto. Y todo eso se ha perdido porque si se secuestra un niño en la otra punta del mundo, te lo cuentan como si hubiera pasado en la calle de al lado. Y cuanto más sórdido sea el asunto, más minutos le dedicaremos y más explícitos seremos. Tocaremos los sentimientos de la gente para convertir ese hecho excepcional, esa posibilidad remota, en una realidad probable y posible. La imagen que los medios nos dan de la realidad nos ha convertido en seres desconfiados, que no pueden perder de vista a sus hijos ni un minuto, porque no vaya a ser que se los lleven y los maten. 

En una ciudad como Madrid con más de tres millones de habitantes, se asesinaron a tres personas en el primer trimestre del año 2021. Una persona de media al mes. ¿De verdad tenemos razones para temer por la vida de nuestros hijos? En cuanto a secuestros (en general, no hablo solo de niños) hubo tres denuncias en el primer trimestre. ¿Existen razones de peso para pensar que pueden secuestrarte a un hijo? Estadísticamente, es más probable que te toque la lotería. Y no vamos por el mundo gastando dinero como si nos hubiera tocado, pero si vamos con el miedo constante a que se lleven a nuestros hijos.

Y esto es debido a ese mundo atroz que vemos por la ventana y que nos aterroriza. Miedo a tener un accidente, miedo a las bandas latinas, miedo a que tu vecino sea un psicópata o un pedófilo. O que lo sea el cura del pueblo, o el entrenador de futbol del crio, o el tío que le vende golosinas. Que nos violen grupalmente a nuestras hijas o que un grupo de chavales le den una paliza a nuestro hijo porque sí o que nos ocupen la casa cuando no estemos…miedo, miedo, miedo.

Si el peor enemigo de la vida es el miedo, estamos matando a nuestra sociedad. 

Nunca han existido tantos niveles de estrés y de ansiedad. El consumo de ansiolíticos y relajantes no para de batir récords. Y es que se nos hace cuesta arriba enfrentarnos a un mundo lleno de desconfianza, de odio y de amenazas. Amenazas tan terribles como el clima. Y no hablo de tifones, terremotos o huracanes. Hacemos noticia de un mes de agosto a 40º y ahondamos de los peligros que conlleva. Convertimos hechos corrientes en riesgos potenciales. Lo cotidiano en una posible tragedia.

Objetivamente, el mundo no ha dejado de mejorar a lo largo de la historia. Cada vez somos más civilizados, más comprometidos y menos violentos. Siempre existirá gente que cometa atrocidades, pero no podemos convertir las excepciones en norma y desarrollar nuestro día a día a partir de ellas. 

Los medios tienen una responsabilidad respecto al mundo que están creando. Porque si reflejamos lo bueno que tiene el mundo, puede que la gente vuelva a confiar en la sociedad y no se sientan tan solos, tan alienados, y tan llenos de miedo.

Pero sé que esto no pasará. La supervivencia de los medios depende de la audiencia y es más fácil atraer a la gente a través del morbo, alimentando la polarización y mostrando violencia, que reflejando lo cotidiano. Tan solo hay que asomarse al cine para entender que es mucho más sencillo hacer un “blockbuster” de una película de acción, que de una costumbrista o de amor.

Se que es difícil dejar de mirar por esa puñetera ventana que apunta siempre hacia el lado más oscuro del mundo. Quizás deberíamos cerrar las cortinas y salir a la calle para poder disfrutar de la libertad de contemplar una realidad menos impactante, pero mucho más amable.


martes, 26 de octubre de 2021

ESPERANDO LA TORMENTA ECONÓMICA PERFECTA

 


La actual crisis de la energía, del transporte y de las materias primas está sacando a la luz las carencias de los estados democráticos en un mundo globalizado.

En España estamos siendo conscientes de la gran dependencia que tenemos del mercado internacional para, prácticamente, todo. De esto deberíamos aprender que se debería garantizar un mínimo de autoabastecimiento. Deberíamos ser capaces de generar, al menos, un 40% de nuestra energía. No acabar del todo con nuestra minería de carbón, con nuestras centrales térmicas y nucleares. Aprovechar mejor la energía solar en un país con tantas horas de sol.

También deberíamos tener lugares de almacenaje de petróleo, gas y grandes materias primas que nos permitieran comprar cuando el precio es bajo y almacenarlo, para no depender tanto de un mercado tan cambiante.

Por otro lado, deberíamos fomentar la fabricación propia. Incentivar de alguna manera nuestra producción industrial, para poder afrontar, en un momento dado, una desconexión del mercado internacional.

Nuestra enorme deuda exterior, junto con nuestra gran dependencia comercial, nos convierte en un país débil. Dependiente de las subastas de deuda y de los vaivenes de la economía internacional. No tenemos ninguna fuerza dentro de Europa y tenemos que pedir aprobación para cada paso que damos porque sin su dinero, no somos nada.

Quizás esto no suene políticamente correcto, pero Trump quizás tenía mas razón de la que pensamos con su “American First”. A lo mejor nosotros necesitamos un “España Primero” en el que se redimensiones una administración monstruosa, se controle el gasto público y se eliminen cientos de subvenciones estúpidas que solo sirven para satisfacer estómagos agradecidos.  Controlar el gasto para reducir la deuda y no depender tanto de nuestros acreedores. 

Fomentar nuestra propia industria. Una industria ofrezca calidad, por encima de cantidad o de precio. Que cree puestos de trabajo aquí y que nos permita exportar al mundo.

Analizar nuestra capacidad de generar energía e implementarla para que sea lo mas segura, barata y eficiente para nosotros.

Si controlásemos el gasto, la producción y la energía seríamos mas fuertes, mas estables, mas libres y, sobre todo, menos dependientes.

Pero en un país en el que la clase política se centra en escupirse a la cara y en alimentar nuestras diferencias. En generar odio entre nosotros de todas las maneras posibles (entre regiones, entre clases sociales, entre sexos, entre razas…), todo esto es una quimera.

Quizás algún día llegue una generación de políticos a los que, realmente les importe este país y que tengan la capacidad de trabajar juntos para sacar lo mejor de nosotros. Pero ahora mismo es impensable. 

Somos España, un país donde el sentido común es ciencia ficción.


viernes, 19 de febrero de 2021

Y ESTE MUNDO SEGUIRÁ DANDO VUELTAS

 


Este mundo lleva dando vueltas millones de años y seguirá dándolas cuando ya no estemos. Da igual lo terribles o pequeños que sean nuestros problemas, o si mañana estaremos o no. El mundo seguirá girando y buscando otro mañana, otro comienzo, otro problema, otra solución.

Y dentro de esta suerte de tiempo infinito, podemos anclarnos en el pasado y vivir en nuestros mejores recuerdos, envueltos en una manta de melancolía. O cargando con penas, desgracias y rencores ya pasados. 

También se puede vivir mirando al futuro. Como quien observa un escaparate desde la calle. Quizás temiendo el mañana, atados por cadenas forjadas por el miedo. O soñando con futuros perfectos e improbables. Pero mientras miramos ese escaparate, la vida pasa a nuestro lado. Esa vida, que pertenece al presente, contiene lo real, lo tangible, es donde se fragua el futuro y se diluye el pasado. Un pasado que vive en nuestra memoria y un futuro incierto. Al final, solo el presente es la verdadera vida.

 No nos podemos engañar, esa vida no es siempre bella. Es más, puede llegar a ser cruel en algunas etapas. Pero esa capacidad de cambio debe ser la esperanza de aquellos que viven un mal momento. Al final todo acaba pasando. Al final todo acaba llegando. Porque el mundo seguirá girando. Y habrá otro mañana, otro comienzo. Quizás otro problema. Quizás otra solución.


viernes, 21 de agosto de 2020

EL ARMA DEFINITIVA CONTRA EL COVID: EL SENTIDO COMÚN

 

Cada día, viendo las noticias, das la sensación que no hemos aprendido nada del COVID. Quizás el caos y el miedo está evitando que nos paremos a pensar y analicemos, con sentido común, que hacer para superar esta pandemia.

Todo el mundo criticamos las acciones del gobierno, de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. Pero nadie ofrece soluciones.

Yo, que no soy nadie, desde esta ventana, por la que mira casi nadie, ofrezco mi plan-solución para la pandemia. 

PRIMERO. Según los datos, el 90% de los fallecidos por coronavirus son mayores 70 años. El sentido común me dice que es a este grupo de población al que hay proteger y dedicar todos los recursos posibles a “inmunizar” las residencias de ancianos contra el virus. Mas personal, sistema de desinfección, pruebas PCRs regularmente, atención médica…lo que sea necesario.

SEGUNDO. Muchas de las muertes que ocurrieron fueron como consecuencia de falta de atención médica, o de recibirla tarde. La gente ha pasado la enfermedad en sus casas y no se ha traslado al hospital hasta que no ha estado grave. En las residencias fue peor. Hubo gente a la que no se le dio ninguna oportunidad. Estamos a punto de cometer los mismos errores.

La atención primaria está a punto de colapsar. Casi se están dedicando en exclusiva a rastrear a los infectados y hacer pruebas PCR. Yo propongo que se encargue el ejército del rastreo y de realizar los PCRs a todas aquellas personas que no sean de riesgo. Con este movimiento, descongestionamos la atención primaria para que se encarguen de los casos peligrosos y el resto de patologías.

TERCERO. En caso de realizar confinamientos, que sea solo a personas de mas de 65 años y aquellos que, por patologías previas, sean personas de riesgo. El resto de personas debemos de seguir con nuestras actividades, con mascarillas y cumpliendo con las normas que nos hemos impuesto. Obviamente, no se podrá visitar a los abuelos, ni a las personas de riesgo, mientras el confinamiento esté activo.

Como medida adicional, se podría establecer un horario en el que las personas mayores puedan salir a comprar y hacer sus gestiones sin riesgos.

CUARTO. Los colegios abrirán sus puertas con normalidad. La mayoría de los niños son asintomáticos y el riesgo para su salud es mínimo. Debemos intentar que los niños usen la mascarilla y cumplan con las normas de higiene y distancia de seguridad. Es muy difícil, pero hay que intentarlo. 

Durante el primer mes de colegio, los niños no podrán tener contacto con sus abuelos. Se que los mayores son un pilar muy importante en la conciliación familiar de muchos hogares, pero, por su salud y su seguridad, debemos prescindir de ellos hasta que la pandemia no esté controlada. 

El estado, a través de los propios colegios, deberá dedicar recursos para que los niños puedan permanecer en los colegios hasta la llegada de sus padres, solventando el problema de conciliación que, habitualmente, solucionan los abuelos.

QUINTO. Crear centros hospitalarios COVID (como lo que se hizo en Madrid en IFEMA). Mezclar a pacientes COVID, con paciente con la salud delicada es muy arriesgado. Es mejor que haya hospitales dedicados en exclusiva a COVID y hospitales dedicados al resto de patologías. Esto puede ayudar a evitar contagios y el colapso sanitario.

Por lo demás, el país no se puede volver a parar. Tenemos que sacar esto adelante todos juntos, unidos. Tenemos que proteger a los mas vulnerables, porque ellos no aguantarán otra ola como la que tuvimos, nosotros sí.

Si creéis que la propuesta es interesante, por favor compartirla. Creo que puede salvar vidas.



miércoles, 19 de agosto de 2020

CONDENADOS A ELEGIR

 

No hay mejor manera para dividir a la gente que obligarles a elegir. Ahora mismo existe un movimiento intelectual y político que critica ferozmente la equidistancia. Personajes como Santiago Segura ha recibido recientemente multitud de críticas por defender la concordia en un mundo de constantes enfrentamientos.

Ser de izquierdas o de derechas, machista o feminista, racista o integracionista, nacionalista o patriota…Miles de extremos entre los que, al parecer, no existen puntos intermedios. Eres una cosa u otra. No valen medias tintas, ni equidistancias. Debes de ponerte en un bando, para poder estar en contra de los de enfrente. Así podemos odiarnos los unos a los otros. Así tenemos enemigos y obedecemos fielmente, sin fisuras y sin críticas, lo que los ideólogos de nuestro bando nos digan, no vaya a ser que sospechen que estamos cambiando de bando. Y así nos engañan y nos manipulan y la “manada” se vuelve mas manejable y los políticos consiguen nuestros votos.

Vivimos defendiendo ferozmente las ideas que otros nos imponen y no somos conscientes de, hasta qué punto nos manipulan.

Yo soy un vivo ejemplo de ello. Al principio de la pandemia, había un grupo que pensaba que esto era una puñetera gripe y que nos estábamos volviendo locos y otro que veía el peligro de la situación. Yo me puse en el bando de los primeros y defendía con gran convencimiento y con los argumentos de los periodistas y políticos que yo escuchaba, que la sociedad había entrado en pánico y que esto no era nada.

Me equivocaba…y mucho. Ahora defiendo lo contrario, con argumentos que no son míos y con los mismos ideólogos o distintos. Te das cuenta que somos como puñeteros loros repitiendo lo que nos dicen. Como niños pequeños que defienden a pies juntillas lo que le ha dicho su papá o su mamá sin poner en duda, ni un solo instante, la verdad de sus argumentos.

Yo no quiero ser ni de izquierdas, ni de derechas. Quiero una gestión eficiente de mi país. No quiero ponerme en un bando y que alguien alimente mi rencor hacia otros. Odio por haber nacido en partes distintas, odio por ser hombre o mujer, odio por tener una raza distinta, por tener equipo de futbol diferente, por tener distinta clase social….odio, odio, odio.

Todos humanos, todos con los mismos problemas reales, todos añorando un momento de paz, de sonrisas con los amigos, de abrazos, de cariño. Juntos seríamos tan fuertes y tan grandes que nadie podría manipularnos. Pero es mejor dividirnos y enfrentarnos. 

Seguimos siendo los borregos de un mundo manejado por lobos.


miércoles, 25 de marzo de 2020

POLÍTICA QUE MATA


En algún post antiguo hablé de lo dañina que es la política de hoy en día. Pues si a esos “malos” políticos los pones en una situación de estrés, imaginar los resultados. Estamos viviendo esos resultados. Mas bien “muriendo”.

Lo único que queremos, es alguien que gestione bien el país. Que gaste menos de lo que se ingresa y que, con el beneficio, se mejoren los servicios que disponemos. Y me importa una mierda la izquierda, la derecha, la lucha de clases, los nacionalismos…ideas viejas y caducas que nos empujan a odiarnos los unos a los otros.

Pues la política ha ido un paso mas allá. Han puesto las ideologías por encima de la vida de las personas. Se han permitido manifestaciones, actos políticos multitudinarios, fiestas patronales, eventos deportivos…a sabiendas de que estaban condenando a muerte a personas. Vidas a las que se les ha dado menos valor que un voto. 

No vamos a suspender las fallas, no vaya a ser que los valencianos se cabreen. No podemos suspender la manifestación del día de la mujer en Madrid, o las feministas se nos echarán encima. No suspendas los partidos de fútbol…son el opio del pueblo. No suspendas el mitin multitudinario, tenemos que demostrar poderío hasta en las crisis sanitarias…Y así multitud de decisiones “acertadas”. Decisiones que han contribuido, sin lugar a dudas, a que hoy haya 3.500 personas muertas. Errores, si, pero errores que han costado vidas. Errores por los que, estoy seguro, no pagará nadie. Os recuerdo que ETA mató en toda su historia a 829 personas.

Pues empezamos a gestionar la crisis tarde y, encima, lo hacemos mal. Mi mujer es sanitario en un hospital de Madrid. Pues el día 11 de Marzo, ya había escasez de mascarillas. Hace 14 días. Hoy el gobierno anuncia bombo y platillo que se va a gastar 400 millones de euros en material sanitario. HOY. Quince días después. 

Y de esto, no solo echo la culpa solo al gobierno de la nación. También tiene culpa la Comunidad de Madrid. Estos medios deberían haberse comprado antes. Mucho antes. A los partidos de derechas se les llenaba la boca diciendo que la manifestación del 8M era una temeridad, pero a nadie se le ocurrió comprar material sanitario de más, por si acaso. Que no caduca, ¡joder!

Pero ellos siguen a lo suyo. Torra buscando su República, Pablo Iglesias a dar la vuelta a la guerra civil española, VOX arengando contra los revisionistas, el PP que no se atreve ni a “piar” por si acaso y mi Pedrito, el hombre capaz de traicionar a su propio partido, con tal de llegar al poder.

La peor generación de políticos de la historia, en uno de los momentos mas críticos a nivel mundial…¿Qué puede salir mal?