viernes, 24 de agosto de 2018

LA INMIGRACIÓN: SOLUCIONES.


Últimamente me siento creativo y estoy encontrando soluciones a todos los problemas que tenemos en nuestro país.

Hoy voy a plantear una solución para la inmigración. Es un tema delicado en el que casi nadie se quiere mojar. Si eres demasiado permisivo, te tachan de blando y de progre y de ser parte del problema. Si eres demasiado estricto, eres un racista y un xenófobo, además de una mala persona. 

Además, nuestra querida Europa se lava las manos en este problema, trasladándolo a los países que reciben a los inmigrantes, es decir, a la frontera sur.

Yo propongo dos soluciones, una drástica, para que Europa entera se implique. Y una realista y constructiva.

La primera es dar la nacionalidad a todos los inmigrantes que entren por nuestra frontera con la condición de que no se queden en España. Incluso fletaría aviones del ejército con destino Bruselas llenitos de inmigrantes subsaharianos para dejarlos allí. Estas personas serían europeas de pleno derecho y, por lo tanto, podrían circular por toda Europa, incluso por los países a los que la inmigración les importa una mierda.

La segunda es analizar que necesidades de mano de obra tenemos en toda Europa. No sé, necesitamos 5.000 carpinteros, 100.000 albañiles…etc Crear centros en los países africanos para que la gente se forme y, una vez formados, traerlos a Europa como ciudadanos de pleno derecho y con contrato de trabajo. De esta forma, la inversión que hace Europa en estos países llegaría a los inmigrantes como formación, y no como ahora, que se le entrega a los gobiernos y estos lo usan para alimentar a su nido de corrupción.

Todo el mundo tiene derecho a una oportunidad, pero no de cualquier manera, no a cualquier precio. Para que los inmigrantes la tengan, sin jugarse la vida, sin ilegalidades, hay que creársela. Esta podría ser una manera.

lunes, 6 de agosto de 2018

DESPEDAZANDO ESPAÑA


Estoy pasando las vacaciones al sur de Valencia, muy cerquita de Alicante. Me estoy dando cuenta que aquí casi todo el mundo habla en valenciano. Te sientes un poco extranjero en tu propia tierra.

Quizás es que ya sea un extranjero.

Desde que vivimos en democracia, se ha venido desarrollando el estado de las autonomías. Los políticos locales se han dedicado a destacar lo que nos diferencia, con el fin de mejorar el presupuesto autonómico para desarrollar esas necesidades especiales de su comunidad. Desarrollar su cultura específica, su lengua y todo aquello que sirva de excusa para conseguir más dinero.

Ahora nos encontramos un país despedazado sentimentalmente, con unas comunidades históricas que no se sienten españolas, con unos partidos de izquierdas que tampoco y con unos ciudadanos que no sabemos a qué atenernos.

Esta España democrática arrastra un problema desde el principio. Jamás los españoles hemos tirado de la cuerda a la vez y en la misma dirección. Si lo hubiéramos hecho, a saber el potencial democrático y económico que tendríamos ahora. Sin embargo, los políticos nos condenan a odiarnos y sentirnos distintos.

Sinceramente, creo que la única solución a los nacionalismos en España es el referéndum. Pero no uno como el que proponen los nacionalistas. Un referéndum a nivel nacional, en el que todo el mundo votemos si queremos seguir siendo españoles. Quizás la idea de una España unida sea arcaica, romántica y de derechas. Quizás sea mejor que aquellos que no se sientan Españoles, dejen de serlo y, a lo mejor, por primera vez, los que sí nos sentimos Españoles arrimemos el hombro y empujemos en la misma dirección.

Probablemente destruyamos nuestra economía y la de los nuevos países que surjan. Probablemente nos echemos la culpa mutuamente de nuestras desgracias. Probablemente acabemos peleando entre hermanos, como ya hicimos hace más de setenta años.

Pero yo no veo otra solución. Vayamos al referéndum y digámosle adiós a España.