jueves, 30 de noviembre de 2017

UN "YO" EN LAS SOMBRAS


Todos tenemos un yo en las sombras. Ese que es envidioso, que odia, que es curioso en las desgracias, que frena el coche para mirar cuando hay un accidente al otro lado de la calzada. Que esclavizaría y abusaría a otras personas. Que robaría. Que sueña con controlar la mente de los demás para obligarles a practicar las más sucias perversiones sexuales. Que pisaría el acelerador a tope en una recta, mientras grita y cierra los ojos.

Todos tenemos un yo sin reglas y sin límites. Que añora el desenfreno, lo instintivo, lo primario…Ese yo que surge en los conflictos bélicos y convierte a los hombres en verdaderos monstruos.

Un yo hedonista, lujurioso, ambiguo, sucio y vulgar.

Si, tú también lo tienes ahí dentro y lo sabes. Siempre buscando un resquicio para asomarse y ofrecerte placeres y euforia sin límites. Un yo que da miedo porque no mide las consecuencias. Que podría destrozarte la vida en un instante, o podría darle un sentido que ni imaginas.

Prisionero de la moralidad, la cobardía, la culpa y las reglas sociales, espera agazapado buscando un signo de debilidad.

Por suerte para la humanidad el bien prevalece. Si el mal prevaleciera tendríamos vidas cortas e intensas. Gracias al bien las tenemos largas y…vacías.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

SOBRE EL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GENERO


Hace unos días se celebró el día contra la violencia de género. En mi opinión, se debería llamar el día de la violencia contra la mujer. Vivimos en una sociedad llena de prejuicios y complejos y nos da reparo llamar a las cosas por su nombre, por miedo a ofender o menospreciar, en este caso al hombre.

La ley contra la violencia de genero nace que con el objetivo de acabar con el maltrato a la mujer dentro de la pareja. Todos los años hay decenas de muertes y hay mujeres que sufren verdaderos calvarios por este motivo. Pero no es una ley que haga al hombre y a la mujer iguales ante ella. Evidentemente intenta proteger a la mujer del maltratador.

Quizás este hecho provoque cierta sobreprotección en algún caso, probablemente los mínimos, pero es cierto que, por como esta planteada la ley, el hombre es culpable de inicio. Si mañana mi mujer se rasga las vestiduras y se hace algún arañazo y me denuncia a la policía, en principio, esa noche duermo en el calabozo. Luego ya se verá si es cierto o no, pero como medida preventiva tendré castigo y tendré que demostrar mi inocencia.

Aunque sea una contradicción, las leyes, si se entiende que son necesarias, no tienen por qué ser justas. En este caso, el principio de inocencia no prevalece, porque la consecuencia de un error puede significar la muerte de una mujer. Y, entre la muerte de una persona y el calabozo por error a otra, me quedo con lo del calabozo.

Antiguamente, “el hombre”, viril y poderoso, era el que tenía protegía a la mujer. Ahora, como “ya no hay hombres como los de antes”, la tiene que proteger la ley. Espero que algún día la mujer pueda protegerse a sí misma.

El día que superemos el machismo y el feminismo, será el día que ya no seamos hombres y mujeres ante la sociedad y ante la ley. Será el día que solo seamos SERES HUMANOS.

martes, 28 de noviembre de 2017

MENTE ABIERTA


No sé por qué siempre se ha defendido tener unos principios sólidos como una virtud. Para mí, conlleva rigidez en las normas y falta de flexibilidad y no me parecen características positivas.

Yo nunca doy nada por sentado. Intento entender a aquellos que no piensan como yo. Aunque pueda estar en desacuerdo con sus conclusiones, intento comprender el proceso que los ha llevado hasta allí. Esto no es fácil, porque mi punto de vista puede ser contrario a esas ideas. Está claro que a todos nos cuesta aceptar que podemos estar equivocados, pero mantener una mente abierta ayuda a uno a enriquecerse y a estar en constante evolución.

El ser rígido en los planteamientos, el no hacer excepciones, el no escuchar, el no esforzarse en entender a los demás, no aporta nada positivo.

Lo digo un millón de veces y lo seguiré repitiendo constantemente; SOLO SE VIVE UNA VEZ. No te establezcas fronteras, no te pongas límites. Aunque vaya en contra de tus principios, intentar entender a los demás, te permite ver la vida a través de los ojos de otros y, por lo tanto, de vivir más.

jueves, 23 de noviembre de 2017

CINCUENTA SOMBRAS MACHISTAS



Hace unos días estuve escuchando un debate sobre la violencia de género y me llamó mucho la atención la afirmación de una de las contertulias sobre el daño que estaba haciendo literatura del tipo Cincuenta Sombras de Grey. Está claro que este libro describe una relación de sometimiento de la mujer al hombre y del uso de la violencia, dos factores esenciales en la violencia de género. Lo curioso es que esta novela la ha escrito una mujer y que su público es mayoritariamente femenino.

Creo que en este tema deberíamos distinguir entre lo racional y lo irracional. Lo racional te dice que ninguna mujer debe someterse a un hombre y menos si utiliza la violencia para hacerlo. Hombres y mujeres somos iguales y debemos respetarnos.

La parte irracional es la que se me escapa a mí. ¿Por qué a las mujeres les gusta este tipo de literatura? ¿Por qué les atrae más un hombre fuerte, seguro y con carácter que un tío tranquilo, dialogante y pacífico?

El feminismo achaca este problema a los roles masculinos y femeninos tradicionales, que en el S. XXI aún siguen vigentes. Los chicos son caballeros y las chicas princesas. Las chicas son frágiles y sensibles y los chicos fuertes y decididos…etc.

Yo creo que hay algo en nuestra naturaleza animal que nos hace ser así. No me refiero a ser un cafre que golpea y maltrata a su pareja. Me refiero a que la mujer no pueda dejar de sentirse atraída por “el macho de la manada.” Ese hombre que desprende magnetismo, seguridad y fuerza. Quizás esté relacionado con la supervivencia de la especie, no lo sé. Lo que sí tengo claro que, en nuestras relaciones sociales, hay un componente instintivo o animal, que tira por tierra todas las explicaciones racionales que queramos darle algunos temas, y la violencia de género es uno de ellos.