jueves, 21 de febrero de 2019

EL HOMBRE PLANTA


Las personas somos como las plantas. A veces somos semillas que entierran en lo más profundo. No tenemos luz y nos cuesta la vida misma llegar al exterior. Es como si la mala suerte nos pusiera todo ese peso encima para que no lleguemos a experimentar la sensación de sentir el calor del sol y las caricias del viento.

Mientras hay otras plantas, a las que surgir les es más fácil, porque las enterraron menos profundo. Y cuando tú consigues ser una mierdecilla de tallo que asoma entre la tierra, ellas son las flores más bonitas del lugar.

Pero no podemos dejar de luchar por salir porque, si continuamos, un día llegaremos a ser tan bonitas como cualquier otra flor del jardín. La diferencia será que nuestras raíces serán mucho más fuertes y será más difícil que una tormenta nos eche abajo.

Hay personas a las que la vida nos hace luchar mucho más. Pero eso nos hace más fuertes y nos ayuda a apreciar más aquello que conseguimos. Es cierto que a menudo nos da ganas de tirar la toalla, pero no rendirse, a largo plazo, siempre tiene recompensa.

Solo fracasamos cuando nos rendimos. Nunca te canses de luchar.

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