viernes, 21 de agosto de 2020

EL ARMA DEFINITIVA CONTRA EL COVID: EL SENTIDO COMÚN

 

Cada día, viendo las noticias, das la sensación que no hemos aprendido nada del COVID. Quizás el caos y el miedo está evitando que nos paremos a pensar y analicemos, con sentido común, que hacer para superar esta pandemia.

Todo el mundo criticamos las acciones del gobierno, de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. Pero nadie ofrece soluciones.

Yo, que no soy nadie, desde esta ventana, por la que mira casi nadie, ofrezco mi plan-solución para la pandemia. 

PRIMERO. Según los datos, el 90% de los fallecidos por coronavirus son mayores 70 años. El sentido común me dice que es a este grupo de población al que hay proteger y dedicar todos los recursos posibles a “inmunizar” las residencias de ancianos contra el virus. Mas personal, sistema de desinfección, pruebas PCRs regularmente, atención médica…lo que sea necesario.

SEGUNDO. Muchas de las muertes que ocurrieron fueron como consecuencia de falta de atención médica, o de recibirla tarde. La gente ha pasado la enfermedad en sus casas y no se ha traslado al hospital hasta que no ha estado grave. En las residencias fue peor. Hubo gente a la que no se le dio ninguna oportunidad. Estamos a punto de cometer los mismos errores.

La atención primaria está a punto de colapsar. Casi se están dedicando en exclusiva a rastrear a los infectados y hacer pruebas PCR. Yo propongo que se encargue el ejército del rastreo y de realizar los PCRs a todas aquellas personas que no sean de riesgo. Con este movimiento, descongestionamos la atención primaria para que se encarguen de los casos peligrosos y el resto de patologías.

TERCERO. En caso de realizar confinamientos, que sea solo a personas de mas de 65 años y aquellos que, por patologías previas, sean personas de riesgo. El resto de personas debemos de seguir con nuestras actividades, con mascarillas y cumpliendo con las normas que nos hemos impuesto. Obviamente, no se podrá visitar a los abuelos, ni a las personas de riesgo, mientras el confinamiento esté activo.

Como medida adicional, se podría establecer un horario en el que las personas mayores puedan salir a comprar y hacer sus gestiones sin riesgos.

CUARTO. Los colegios abrirán sus puertas con normalidad. La mayoría de los niños son asintomáticos y el riesgo para su salud es mínimo. Debemos intentar que los niños usen la mascarilla y cumplan con las normas de higiene y distancia de seguridad. Es muy difícil, pero hay que intentarlo. 

Durante el primer mes de colegio, los niños no podrán tener contacto con sus abuelos. Se que los mayores son un pilar muy importante en la conciliación familiar de muchos hogares, pero, por su salud y su seguridad, debemos prescindir de ellos hasta que la pandemia no esté controlada. 

El estado, a través de los propios colegios, deberá dedicar recursos para que los niños puedan permanecer en los colegios hasta la llegada de sus padres, solventando el problema de conciliación que, habitualmente, solucionan los abuelos.

QUINTO. Crear centros hospitalarios COVID (como lo que se hizo en Madrid en IFEMA). Mezclar a pacientes COVID, con paciente con la salud delicada es muy arriesgado. Es mejor que haya hospitales dedicados en exclusiva a COVID y hospitales dedicados al resto de patologías. Esto puede ayudar a evitar contagios y el colapso sanitario.

Por lo demás, el país no se puede volver a parar. Tenemos que sacar esto adelante todos juntos, unidos. Tenemos que proteger a los mas vulnerables, porque ellos no aguantarán otra ola como la que tuvimos, nosotros sí.

Si creéis que la propuesta es interesante, por favor compartirla. Creo que puede salvar vidas.



miércoles, 19 de agosto de 2020

CONDENADOS A ELEGIR

 

No hay mejor manera para dividir a la gente que obligarles a elegir. Ahora mismo existe un movimiento intelectual y político que critica ferozmente la equidistancia. Personajes como Santiago Segura ha recibido recientemente multitud de críticas por defender la concordia en un mundo de constantes enfrentamientos.

Ser de izquierdas o de derechas, machista o feminista, racista o integracionista, nacionalista o patriota…Miles de extremos entre los que, al parecer, no existen puntos intermedios. Eres una cosa u otra. No valen medias tintas, ni equidistancias. Debes de ponerte en un bando, para poder estar en contra de los de enfrente. Así podemos odiarnos los unos a los otros. Así tenemos enemigos y obedecemos fielmente, sin fisuras y sin críticas, lo que los ideólogos de nuestro bando nos digan, no vaya a ser que sospechen que estamos cambiando de bando. Y así nos engañan y nos manipulan y la “manada” se vuelve mas manejable y los políticos consiguen nuestros votos.

Vivimos defendiendo ferozmente las ideas que otros nos imponen y no somos conscientes de, hasta qué punto nos manipulan.

Yo soy un vivo ejemplo de ello. Al principio de la pandemia, había un grupo que pensaba que esto era una puñetera gripe y que nos estábamos volviendo locos y otro que veía el peligro de la situación. Yo me puse en el bando de los primeros y defendía con gran convencimiento y con los argumentos de los periodistas y políticos que yo escuchaba, que la sociedad había entrado en pánico y que esto no era nada.

Me equivocaba…y mucho. Ahora defiendo lo contrario, con argumentos que no son míos y con los mismos ideólogos o distintos. Te das cuenta que somos como puñeteros loros repitiendo lo que nos dicen. Como niños pequeños que defienden a pies juntillas lo que le ha dicho su papá o su mamá sin poner en duda, ni un solo instante, la verdad de sus argumentos.

Yo no quiero ser ni de izquierdas, ni de derechas. Quiero una gestión eficiente de mi país. No quiero ponerme en un bando y que alguien alimente mi rencor hacia otros. Odio por haber nacido en partes distintas, odio por ser hombre o mujer, odio por tener una raza distinta, por tener equipo de futbol diferente, por tener distinta clase social….odio, odio, odio.

Todos humanos, todos con los mismos problemas reales, todos añorando un momento de paz, de sonrisas con los amigos, de abrazos, de cariño. Juntos seríamos tan fuertes y tan grandes que nadie podría manipularnos. Pero es mejor dividirnos y enfrentarnos. 

Seguimos siendo los borregos de un mundo manejado por lobos.