miércoles, 20 de febrero de 2019

ECONOMIA MUNDIAL: LA GRAN MENTIRA


En mi incansable búsqueda del “dorado”, acumulo un nuevo fracaso (no se ya los que llevo). Esta vez me he dedicado a invertir en bolsa, con gran éxito en modo simulado y con estrepitoso fracaso en modo real. El factor psicológico cuando te juegas tu dinero es determinante y hace que tomes malas decisiones que te conducen al caos. Pero mi entrada no va sobre esto.

Para poder invertir en bolsa, estudias manuales, cursos oficiales de la bolsa de Madrid, te empapas del mercado e intentas extraer una lógica a los movimientos bursátiles que te permitan predecir tendencias.

Estos 6 meses de estudio e inversión me llevan a una conclusión. Estamos al borde de un caos económico de proporciones bíblicas.

Todos los países del primer mundo tienen que acudir a las famosas subastas de deuda por falta de liquidez. Bancos centrales, fondos de inversión y otros países (igualmente endeudados) son los compradores de esta deuda. Esto quiere decir que, para que, por ejemplo España, consiga liquidez para pagar sus pensiones y los sueldos a los funcionarios, tenemos que vender nuestra deuda a compradores que tienen la misma deuda o más que nosotros. Esta burbuja explotará el día que un país no sea capaz de vender su deuda y la reacción en cadena será brutal.

Por otro lado, la bolsa no se atiene a movimientos lógicos. Esto es debido a que ya no quedan casi “inversores” y abundan los especuladores. Eso explica cómo pueden bajar empresas el día que presentan resultados, cuando estos son un 20% mejor que los del año anterior. O como, empresas como Día, pueden subir presentando unos resultados catastróficos. Detrás hay grandes fondos de inversión, capaces de hundir empresas a voluntad y, por otro lado, las propias empresas y los bancos presionando para que esto no ocurra. Da igual que la empresa tenga potencial, este saneada o infravalorada. Solo importa que tenga el suficiente soporte económico detrás, para poder combatir la especulación.

La economía es una mentira. Una estafa piramidal que nadie quiere destapar porque se llevaría por delante el capitalismo y la propia democracia. 

El sistema necesita un “reseteo” brutal. Y en la historia contemporánea esos “reseteos” tienen un nombre: Guerra.

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