miércoles, 11 de julio de 2018

LEGISLAR LAS RELACIONES SEXUALES



Desde que el mundo es mundo las relaciones sentimentales se han basado en el ensayo-error y no en el lenguaje directo. Se basan en la interpretación de las señales. Y aunque tengamos amplia experiencia en interpretarlas, siempre podemos equivocarnos. Pues ahora cualquier mínimo error puede interpretarse como acoso, el acoso como delito y el delito llevarte al calabozo.

Vivimos actualmente en una sociedad que ha llevado ese margen de error al esperpento.

Hoy quieren legislar las relaciones personales y sexuales. Que solo si la mujer (porque en este caso solo se refiere a la mujer) dice sí, se podrán mantener relaciones sexuales.

¿Y cómo se comprueba esto? ¿Tendremos que firmar un contrato de relación sexual?

Antes interpretabas las miradas, los gestos, las sonrisas. Luego valorabas las reacciones a tu presencia y a esos roces o caricias improvisadas. Si tu instinto y tú sentido común te servía bien, intentabas besarla y ese beso convertía el mundo en un lugar maravilloso. Y si te habías equivocado recibías la famosa “cobra” y recogías los pedacitos de tu roto corazón.

Ahora, ¿Cómo hay que hacer? Tendrás que acercarte a la chica y decirle: Voy a intentar besarte, si estás de acuerdo firma aquí y que firme tu amiga como testigo de que no te estoy forzando…Estamos locos?

En la actualidad hay unos 10 millones de hogares que viven en pareja en España. Denuncias por violencia de género unas 150.000 al año, de las cuales el 45% derivan en sobreseimiento. Aunque considerásemos que todas estas denuncias son verdaderas y que se refieren a 150.000 hombres distintos (que ninguno tenga varias denuncias) afectarían al 1,5% de los hogares. Si hablamos de casos que acaban en muerte, solo afectarían a un 0,0005% de los hogares.

Por mucho que legislemos siempre habrá psicópatas, descerebrados o hijos de puta que harán daño a sus mujeres y nunca podremos extinguirlo del todo. El problema se minimiza a base de educación y de detectar estas conductas antes que sea tarde y no de leyes que crean una falsa sensación de seguridad y que destruyen la libertad en las relaciones sexuales.

Todos somos seres humanos y las leyes deberían hacernos iguales, y no diferentes. Mismas oportunidades, mismos salarios, mismos derechos, mismas libertades y mismas obligaciones. Ni hombres, ni mujeres, ni machistas, ni feministas…solo seres humanos.

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