Lo que os voy a contar ahora es un hecho real que conocí de primera mano. Hace unos 7 años, trabajaba en el sector de la maquinaria de obra pública. A un mecánico de una empresa de nuestro grupo le tocó la lotería. Unos 600.000 euros.
Una cantidad como esa te cambia la vida. Es cierto que no te hace rico, pero a priori, se supone que te facilitará mucho el futuro.
Pues al mecánico que os comento se le subió el dinero a la cabeza. Se compró un Porche. Siguió trabajando, pero se volvió soberbio. Comenzaron a recibir quejas de los clientes por el trato que recibían y por su forma altanera de comportarse. Después de varias quejas, no tuvieron más remedio que despedirle.
Su vida personal tampoco mejoró. Dejo a su mujer y se dedicó a fundirse el dinero.
Cuando yo lo conocí, vino a mí buscando trabajo. Vino prácticamente llorando. Lo había perdido todo y estaba solo, porque ni su mujer, ni sus hijos querían saber nada de él. No pude contratarle porque empezaba la crisis y en mi empresa ya estábamos despidiendo a gente.
Me dio mucha lástima porque su futuro se presentaba desolador. Con 55 años, en plena crisis, en paro y solo.
No sé qué sería de él, pero es un claro ejemplo de que, a veces, el dinero puede destrozarte la vida.
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