No sé si conocéis alguno de estos niños que siempre sonríen, que reflejan su felicidad, su falta de problemas, su ansia por descubrir y por experimentar. Es una pena que, con los años, nuestra sonrisa se vaya apagando bajo una espesa capa de preocupaciones, complejos y miedos.
Ya, cuando somos más adultos y nos encontramos en una reunión social, fijaros en la gente sonriente. Brillan con luz propia. Se les ve disfrutar de la conversación. Esa gente atrae a los demás. Uno se siente más cómodo hablando con una persona que sonríe. Su lenguaje corporal te está diciendo: ¡Me siento estupendamente! Y tú también quieres estar así.
Parecerá una estupidez y seguramente sea una frase manida, pero intentad sonreír. Sonreír porque estamos vivos, porque todavía tenemos muchas cosas que descubrir, porque la vida siempre guarda sorpresas, porque te hará más popular y porque una sonrisa puede ser el inicio de una bonita historia de amor.
Iluminemos el mundo con sonrisas. Hoy es viernes. ¿ Que mejor día para comenzar?
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