Ya sabéis que
no soy partidario de la ideología
como herramienta de marketing al servicio de la política. Pero, si como partido
la estas utilizando, hazlo bien.
La indefinición es el peor enemigo del
político, porque siempre acaba restando votos. Durante la transición, los políticos
si creían en aquello que defendían y no lo manipulaban, ni lo tergiversaban con
el fin de ganar un puñado de votos más. El fin no era llegar al poder, era
defender tus ideas en libertad.
Ahora los asesores matan la ideología, la
manipulan con el fin de conseguir votos, pero se pierden más que se ganan. Pongamos como ejemplo al PP en
Cataluña. Lleva años en caída libre y, en mi opinión, es debido a una defensa
laxa de los símbolos Españoles y una aceptación silenciosa de los símbolos
nacionalistas. Su indefinición lo penaliza, al igual que al PSOE en España, sin
saber ubicarse más al centro o más a la izquierda.
Un político no tiene límites, cuando demuestra sentido común, cree en lo que defiende y transmite con pasión sus ideas. Decirme uno que sea así en España.
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