viernes, 28 de septiembre de 2018

CONDENADOS A SER INFELICES


Hace bastante tiempo hablé en este mismo blog de una serie de características innatas que nos hacen ser distintos a cualquier especie. Pues hay una de ellas que es culpable de nuestra incansable búsqueda de la felicidad.


Hay una parte de nosotros que jamás se conforma con nada. Que siempre, independientemente del status que tengas, te hará compararte con los que están mejor que tú. Que te hará mirar con envidia los logros de los que te rodean.

Es esa “envidia” de la que escribía en otro post, la que ha servido de motor de nuestra evolución.

Quien sea (Dios, los hombrecitos verdes, la evolución…) nos grabó esta directiva para que fuéramos una especie sin límites y para que mejorásemos sin descanso…pero esto tiene su lado oscuro.

Emocionalmente, el que siempre estemos buscando una perfección irreal que nunca llegará, nos pasa factura.  Siempre detrás de un mejor trabajo, de tener más dinero, una mejor casa, una relación más perfecta…siempre con esa sensación que nos falta algo.

Y llegaremos al final de nuestros días con la sensación de no haber aprovechado la vida todo lo que deberíamos.

Al final, condenados a disfrutar de la felicidad solo por momentos.

Condenados a nunca tener bastante.

Condenados a ser infelices.

viernes, 21 de septiembre de 2018

REDES SOCIALES: VERTEDEROS DE FRUSTRACIONES


Las redes sociales te dan la oportunidad de plasmar tu opinión, de dar una imagen mejorada de ti mismo y de desahogarte.

Para mucha gente, poder contar sus conflictos y sus problemas anónimamente es una válvula de escape.

Cada vez más, la sociedad tiende a agruparse en los grandes núcleos urbanos y, cuanto más grandes son las ciudades, más desconfiada es la gente, más estrés, más nivel de auto-exigencia, más difícil destacar entre los demás, más difícil encontrar tu lugar y, sobre todo, más sola se siente la gente.

Esta desconfianza y soledad, típica de las grandes ciudades, donde apenas conoces a tus propios vecinos, hace que la gente no tenga con quien desahogarse. En EEUU, los psiquiatras se convirtieron en “escuchadores” profesionales para que la gente verbalice sus miserias, sustituyendo a los amigos de toda la vida, a los que podías contar tus secretos más íntimos.

Ahora, cuando tu imagen social es tan importante, mostrar tus puntos débiles, tus miedos, tus dudas o tus errores, no parece una buena opción. Sin embargo, por higiene mental, es importante verbalizar nuestras frustraciones, nuestros problemas y, comentarlos con alguien, que te puede ayudar a verlos desde otra perspectiva.

Mucha gente acude a las redes sociales, creando perfiles anónimos, para poder dar salida a sus problemas y, en algunas ocasiones, a su verdadero yo. Esto tiene su lado positivo y su parte negativa. La positiva es evidente: El desahogo. La negativa es que expones tu “yo” más frágil a gente que no conoces de nada, que no sienten empatía hacia tí y que no dudarán en burlarse o ser crueles contigo, si con ello consiguen la popularidad que buscan.

Somos seres sociales e imperfectos. A veces necesitamos el apoyo de los demás. Es importante, si es posible, buscarlo en alguien que te conozca y te quiera, porque su consejo, por encima de todo, buscará tu bien.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

RTVE: SOLUCIONES PARA UN MEDIO MALDITO.


Llevamos décadas de polémicas con RTVE. Recuerdo los tiempos en los que tenía doble financiación, pública y privada (publicidad), y, aun así, era un desastre para las arcas del estado. Como pasaba con las cajas de ahorros, toda empresa gestionada por políticos, a los que nadie pide responsabilidades por una gestión nefasta, acaba siendo un enorme agujero en el bolsillo del contribuyente. 

Televisión Española ha sido un nido de clientelismo y un aparato propagandístico, gestionada por verdaderos patanes, desde el inicio de la democracia.

Ahora nos llevamos las manos a la cabeza cuando, con la llegada del PSOE, se está echando a los del PP para poner a los suyos (exactamente como hizo el PP antes). Esto implica que todo seguirá siendo igual. Propaganda, mala gestión y chorreo de dinero para el contribuyente.

Luego escuchas a los políticos y todos quiere convertir Televisión Española en un medio plural y un servicio público, además de un medio viable.

Pues, señores, esto tiene fácil solución. 

1º Contratar a Director General de contrastada experiencia y plenos poderes, al que se le puedan exigir resultados.

2º Prohibir cargos políticos (gente con carnet de partido) en cualquier estamento directivo de la cadena.

3º Los informativos nunca podrán ser plurales e independientes, porque todo periodista tiene ideología (como cualquier persona). La solución es, o bien suprimirlos, o, como servicio público, entregar ese tiempo a distintas líneas editoriales, de distintas ideologías, para que produzcan los telediarios de cada día. Es decir, el lunes se encarga El País, el martes Público, el miércoles ABC, el jueves El Mundo…y así sucesivamente.

4º Realizar contenidos de calidad y exportables. 

Con estas cuatro ideas, se podría dar un cambio sustancial a lo que hoy conocemos como televisión pública. Sin embargo, es algo que nunca ocurrirá. 

La herramienta propagandística es algo irrenunciable para cualquier partido político. Y les da igual arruinar el prestigio del medio y al contribuyente. Todo sea para manipularnos y transformarnos en lo único que somos para ellos. Un voto.

martes, 11 de septiembre de 2018

EL DÍA QUE MURIÓ LA IMAGINACIÓN


La Imaginación lleva siendo uno de los motores de la evolución humana desde el principio de los tiempos. Es el germen de la creatividad y la llama de la expresión artística.

Pues parece que cada vez estamos mas cerca de acabar con ella. La imaginación es como un músculo que hay que trabajar y que requiere esfuerzo. 

Ya los niños apenas juegan con su imaginación. Recuerdo, en mi infancia, aquellas batallas míticas que libraban mis muñecos de He-Man, en galaxias lejanas, para ser Masters del Universo. O aquellas partidas en mi Spectrum, en las que mi imaginación rellenaba los huecos que dejaban unos gráficos simplistas, una música machacona y unos argumentos inexistentes. Y qué decir de las mil y una aventuras con mis amigos en el parque, llenas de invasiones alienígenas, robos a bancos, soldados de fortuna y deportistas de élite.

Casi todo eso se ha perdido. 

Ya los niños, desde muy pequeños, se pasan el día delante de una pantalla. Ya sea la tele, la tablet, el móvil o el ordenador. Entretenimientos que no demandan esfuerzo. Ya no quieren juguetes. Y cuando los piden, porque les parecen bonitos en la tele, no juegan con ellos. Hay que sacar el juguete, montarlo en algunos casos y usar la imaginación para crear la atmósfera adecuada. Un videojuego no hay que sacarlo, ni recogerlo. Es solo pulsar un icono y él ya se encarga de todo. En cuanto jugar en la calle con otros niños, es algo que aún existe en los pueblos, pero que, en las grandes ciudades, casi ha desaparecido.

Y fruto de ello tendremos una generación sin imaginación, sin creatividad, sin sentido crítico y que huyen del esfuerzo. Gente fácil de manipular y de controlar. 

Michael Ende en su “Historia Interminable” nos presentaba un país de fantasía devorado por una “nada” fruto una realidad cargada de rutina, que hacía que los niños dejasen de imaginar. 

Pues fantasía está muriendo ahora mismo y cada vez habrá menos niños preparados para salvarla.

viernes, 7 de septiembre de 2018

SEXO Y SOCIEDAD: LA PRISIÓN DEL DESEO


Somos el único ser vivo sobre la tierra que no va desnudo. Y somos el único que se avergüenza de su sexualidad. 

Si, más del 90% de los seres adultos de este planeta tienen o han tenidos relaciones sexuales con otros y más del 95% se masturba. Sin embargo, hablar abiertamente de ello sigue siendo tabú. Todo lo que tenga que ver con el sexo se mantiene en el ámbito de la intimidad y se evita reconocer la necesidad sexual para no parecer un salido/a. Muchas de las frustraciones humanas tienen una base sexual. Esa obligación autoimpuesta de acallar nuestros instintos, nos pasa una factura, que no todo el mundo puede pagar.

Tú puedes ir en el tren viendo un video gracioso y reírte sin sentir que ofendes a nadie. Puedes ir mirando por la ventana mientras de acaricias el lóbulo de la oreja, sin que tus compañeros de viaje se levanten asqueados. Pero no puedes ir masturbándote y gimiendo…¡imagínate! 

Sin embargo, esa persona no estaría físicamente molestando a nadie. Estaría acariciándose (como el del lóbulo de la oreja) y haría ruido (como el que se ríe) pero estaría haciendo algo que hacemos casi todos y eso, ilógicamente, nos ofende.

Aunque la función sexual sea sana y placentera, el que la sociedad viviera el sexo sin tapujos lleva implícito un miedo latente: Una “animalización” de la sociedad. Que la gente se abandone completamente a sus instintos y la libertad se convierta en libertinaje y desemboque en una orgía de violencia, sangre y falta de compromiso. Que la sociedad que conocemos ahora se desmorone, como un castillo de naipes, y volvamos a ser, simplemente, animales.

Quizás tengan razón. Tan solo quiero recordar que, el resto de las especies viven la sexualidad sin tapujos y, sin embargo, conviven con una serie de normas y dentro de unas estructuras sociales de respeto y coexistencia. Y no están todo el día follando. 

A lo mejor somos peor que los animales. Y viendo lo que somos capaces de hacer amparados por una guerra, no me extraña.

En mi humilde opinión, siendo sexualmente libres, sin sentimiento de culpa, sin monogamia y sin vergüenza, seríamos mucho más felices. 

miércoles, 5 de septiembre de 2018

EQUILIBRIO EMOCIONAL


Vivimos en un constante equilibrio entre lo que queremos hacer, lo que debemos hacer, lo que podemos hacer y lo que la gente espera que hagamos. La clave de la felicidad está en ese equilibrio.

La felicidad depende de lo sinceros que seamos con nosotros mismos y de lo cerca que, la sociedad, nos permita estar de lo que, realmente, queremos hacer.

La gente que vivimos en el futuro solemos ser más infelices que los que viven el presente. Los “futuristas” estamos siempre valorando las consecuencias de nuestros actos. ¿Qué pensará la gente de mí si hago esto? ¿Y si me equivoco? ¿Y si todo sale mal? Cientos de incertidumbres que son el germen del miedo y el miedo, el enemigo de la vida.

Son batallas que solo llevan a la derrota, porque ni el guerrero, que eres tú, confía en la victoria.

El camino del éxito es de la gente que tiene claro sus objetivos. Que sabe lo que quiere. Que vive el presente. Que aprende de los errores y hace caso omiso de las críticas. 

Mientras, el resto vivimos agobiados en un mar de dudas, sin un destino claro, doblegados a la presión social y soñando con una vida, de la que solo nos separa una cosa: 

Nosotros mismos.