martes, 19 de septiembre de 2017

DIRECTIVA PRIMARIA: SUPERVIVENCIA


Cualquier ser vivo que pueble este planeta, incluido nosotros, tiene un objetivo principal: la supervivencia. Como individuo, alimentándonos, adaptándonos al entorno y defendiéndonos de las agresiones, y como especie, a través de la reproducción.

Supongo que la evolución, o dios, o los seres que nos dejaron aquí, nos grabaron a fuego estas instrucciones en nuestros genes para que no nos extinguiésemos y, en realidad, estas son las únicas necesidades reales que tenemos.

Hoy me quiero centrar en la reproducción y como nuestro cerebro a través del deseo, del amor y de la pasión nos empuja a ello. Si, aunque suene obsceno y tosco, nuestro cerebro ha creado un complejo envoltorio para justificar nuestra necesidad primaria de follar.

Prestar atención  si no en que os fijáis a la hora de elegir una pareja. Las mujeres dirán que si en su forma de ser, en sus ojos, en sus manos o su culo. Los hombres en que esté buena, que sea simpática… Pues estáis equivocados. En lo primero que nos fijamos es en el sexo. Quiero decir, si te atraen las mujeres, lo más importante es que sea mujer y si te atraen los hombres, pues que sea hombre. ¿Y porque? Porque necesitas follártelo. Y da igual que sea un encanto, súper simpática y tu alma gemela, si no es del sexo que te atrae, seréis amigos, pero nunca pareja.

Sé que me vais a decir que los gays y lesbianas no tienen como objetivo la reproducción. Es cierto, nuestro sistema reproductivo es tan poderoso, que salta por encima de la biología con tal de follar.

Menos mal que siglos de civilización nos han impuesto unas normas de convivencia que impiden que esto sea Sodoma y Gomorra. La ley de la supervivencia de la especie y el instinto de protección nos obliga a garantizar un entorno seguro a nuestros hijos y es lo que nos obliga a dar cierta estabilidad a nuestras relaciones.

Os contaré un secreto, siendo hombre como soy y basándome en mi experiencia, el 80% o más de las veces que un hombre se aproxima a una mujer y se interesa por ella es porque su instinto le está diciendo que se la folle. Es como una atracción latente, que casi siempre controlamos. Salvo cuando recibes señales inequívocas que te indican que ella siente lo mismo. Entonces la pasión se desata y nos sentimos maravillosamente bien.

Estoy seguro que las mujeres sentís algo parecido. Más complejo por la tradición, la presión social y porque, históricamente, se os ha obligado a denostar reconocer el deseo y el placer de la carne y porque, biológicamente, sois un poco esclavas de vuestros cambios hormonales.

En fin, el amor es un poderoso envoltorio de algo más vulgar y sencillo. Os lo digo para que, cuando creáis que vuestro mundo se acaba porque os han roto el corazón, recordéis esta reflexión. Sobrevivid y follad y la tristeza, con el tiempo, pasará.

No hay comentarios :

Publicar un comentario