miércoles, 22 de febrero de 2017

MI CAMINO


Siempre esperando a que ocurra algo. A que algo cambie y me saque de la rutina. Condenado a repetir cada semana los mismos trayectos, ver las mismas caras, tener las mismas conversaciones…todo medido, nada improvisado. Vida gris en la que nada destaca. En la que caminas por el sendero de baldosas amarillas sin salirte, para llegar a ninguna parte. Y, aun sabiendo que es así, sigues adelante. Sin cambiar el ritmo. Mirando a veces hacia atrás, donde el paisaje era más bonito y, a veces hacia los lados, donde el otoño de la madurez va apagando los brillantes colores de la primavera. Delante solo está el frío invierno.

Sé que hay otros caminos, otros senderos, pero asusta pensar que fuera del que estoy ahora solo haya abismos.

Muchas veces me paro y me asomo al límite del camino e imagino lo que hay tras el bosque. Pienso en echar a correr y no mirar atrás…pero no me atrevo.

Pero ahora sé un secreto.

Este es mi camino. Nadie me obliga a ir por él. La única barrera que tengo son mis propios miedos, porque yo soy dueño de mi destino. Todos lo somos…y seguro que aún hay un montón de senderos donde el sol brilla. Solo se necesita valor para salir corriendo y explorar…

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