Doscientas reflexiones ya. He tenido días mejores y días peores. Días en los que no sabía ni de que escribir y días en los que las ideas salían a borbotones. He tenido días en los que, en cinco minutos plasmaba una reflexión ingeniosa, y otros en las que las palabras no surgían.
Esto de escribir no es fácil. Y supongo que es más difícil cuando tienes una audiencia a la que complacer. Yo no tengo ese problema, porque apenas tengo lectores. En un año no he conseguido mejorar el número de visitas. Es más, creo que con el tiempo han ido descendiendo. Ahora mismo tengo una seis u ocho visitas diarias. Prácticamente soy invisible.
Ya hace tiempo asumí que no tengo tanto talento como creía cuando comencé con el blog. Incluso creí que esto se podría convertir en una fuente de ingresos extra. No para hacerme rico, pero si para proporcionarme doscientos o trescientos euros extras. ¡Iluso!
Seguiré escribiendo, aunque no me lea nadie. Por lo menos me sirve de desahogo y algo mejorará mi estilo. Y a aquellos que me leéis, e incluso habéis aportado algún comentario, muchas gracias. Es muy poético escribir palabras para que se las lleve el viento, pero es mucho mejor cuando sabes que ayudan a reflexionar a otras personas.
No hay comentarios :
Publicar un comentario