lunes, 16 de enero de 2017

LA JUSTICIA: ¿DEBE DE SER CIEGA?


La justicia siempre es representada por una dama con los ojos vendados y esa “ceguera” es una de sus características principales. Se supone que esto permite que se juzgue a todos por igual, sin importar credo, posición social, raza, sexo o afinidad política.

Hasta aquí llega la teoría. Pero, que es más eficiente, ¿una justicia ciega? Estaría bien que la ley se cumpliera sin interpretaciones. Que nadie tuviera ventaja en función de su posición social, o su poder político. Todos los días vemos a gente en los telediarios, que han robado y defraudado ingentes cantidades de dinero y siguen en la calle. Está claro que la justicia no es ciega, pero tampoco es bueno que lo sea.

Si fuera completamente ciega, no existirían los atenuantes. Si una madre robara comida para alimentar a sus hijos, se consideraría un delito y la mujer debería cumplir con la ley, independientemente de las condiciones que la llevaron a infringirla.

Entonces, ¿la justicia debe de ser ciega? En mi opinión no. Pero el problema que tenemos en este país es, que la ley se interpreta en función del juez y de la persona que es juzgada. Así podemos ver ladrones de guante blanco, que no pisan una cárcel y personas robando migajas por necesidad, que van de cabeza al trullo.

La justicia quizás no debe ser ciega, pero tiene ser justa, imparcial y efectiva.  

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