Hay vidas en las que todo se deja al azar, en las que uno se deja llevar por la corriente, sin saber bien hacia donde ni porqué. En las que el orden es un espejismo y donde no existe un objetivo.
Luego hay vidas ordenadas, en las que todo está en su lugar, donde los objetivos están claros y donde no se deja casi nada al azar.
Quizás la forma de vivir numero 1 este más conectada con los sentimientos, con la aventura y con las pasiones. Eso sí, será una vida llena de altibajos. Una vida sin objetivos que, a veces, se volverá un sin sentido. Que es difícil vivirla en compañía, porque el compromiso es enemigo de la libertad y una vida en común requiere de un proyecto de futuro que es incompatible con este modo de vida.
La forma de vivir número 2 es bastante más aburrida, pero más exitosa. La rutina es importante, al igual que el esfuerzo, la estrategia y el orden. Cada cosa en su momento, sin perder de vista los objetivos.
Esto son dos extremos y el éxito en la vida está relacionado con encontrar un justo medio entre ambos. Hay que tener objetivos, hay que esforzarse y ser ordenado en la vida. Pero cuando tengas tiempo libre, tiempo de ocio, hay que dejarse llevar, hay que vivir intensamente. Dejar de planificarlo todo y vivir nuevas experiencias que hagan que esta vida valga la pena.
En el equilibrio está la clave. Disfruta de la vida, pero nunca pierdas el norte.
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