martes, 27 de diciembre de 2016

GEORGE MICHAEL: LA MUERTE DE UN ÍDOLO DESGRACIADO


La muerte de George Michael me hace reflexionar sobre la infelicidad de la gente que lo tiene todo. Famosos que poseen dinero, talento y belleza y que, sin embargo, son desgraciados.

Ellos llegan a lugares a los que muy pocos seres humanos llegan. Son idolatrados y deseados por millones de personas. Son casi dioses. ¿Por qué personas así son infelices? Quizás porque no sean dioses.  Porque son humanos e imperfectos, como todos.

Hace una fechas escribí una reflexión sobre el yo real y el yo social. Pues en estos ídolos, cuando su yo personal está a miles de kilómetros de su yo real, es cuando se produce la hecatombe. Son anulados por el “personaje” y la persona se ahoga en la soledad y la incomprensión. George Michael tuvo que ocultar durante muchos años su homosexualidad porque no le iba bien a su personaje. No podía aceptarse tal y como era. Debía de vivir dentro de una mentira para mantener al ídolo de masas que representaba. Cuando se descubrió que era humano y que tenía defectos, entonces se desmoronó y el mundo, que es cruel con los ángeles caídos, le humillo y le destrozó.

A partir de ahí, los escándalos de drogas y sexo se sucedieron. Georgios Kyriacos Panayiotou quería escapar de George Michael, pero ya no podía. Tenía que seguir siendo perfecto. No podía envejecer, ni engordar. Los dioses no lo hacen. Y mientras Georgios se consumía en una prisión de barrotes dorados.

Estas navidades Georgios consiguió, por fin, escapar de su prisión. Esta navidad murió George Michael.

Vida eterna para el ídolo. Descanse en paz el hombre.

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