Los sentimientos siguen siendo el gran misterio científico. Son los síntomas de nuestra interacción con el mundo. El deseo, el amor, el odio, la felicidad, la ira, la tristeza. Estados intangibles de la naturaleza humana. Únicos, subjetivos y personales y, quizás, aquellos que le dan un verdadero sentido a la vida.
Aunque la vida no es el único vehículo que te lleva a ellos. El arte, en todas sus vertientes, nos da la posibilidad de empatizar con el artista, o con su creación y, por un instante, tomar prestado sus sentimientos. La literatura, el teatro, el cine…formas que te permiten vivir otras vidas, crecer como persona, reír, llorar y emocionarte.
¿Cuánto es capaz de pagar la gente por sentir? Mucho. Escritores, directores, actores, músicos…copan los puestos en las listas de los más ricos del mundo porque saben tocar el alma con su arte. Marcan la vida de muchos, con su música, con sus libros o sus películas y, aunque su beneficio para los demás no sea tangible, vale muchísimo. Es el negocio de los sentimientos.
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