Hoy, en mi búsqueda incansable de la felicidad, voy a reflexionar sobre otra característica humana, algo polémica, que te ayuda a conseguirla: El egoísmo.
El egoísmo es inherente al ser humano y está bastante denostado. En los últimos tiempos se está potenciando a través de toda esta filosofía de calle que puebla Facebook o Whatsapp. Muchos de estos mensajes fomentan el quererse a sí mismo, preocuparte de tu bien estar y dejar de estar tan preocupado por los demás. Busca la reivindicación del “yo” individual, sobre el “yo” social. En definitiva, busca que seamos más egoístas.
¿Y una persona egoísta es más feliz? En el mundo en que vivimos yo creo que sí. Ser egoísta no significa estar solo. Es más, a veces ese desdén con el que el egoísta trata a los demás tiene su encanto, porque parece que desprende seguridad y eso es atrayente.
Obviamente, ser completamente egoísta no es bueno, pero serlo un poco….
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